En este nuevo mes que comenzamos, la Iglesia de Chile pone en sus intenciones a los y las trabajadores. Rogamos como comunidad educativa por todos nuestros hermanos y hermanas trabajadores, para que tengan un empleo digno y estable, y el trabajo les haga crecer en consciencia de ser cooperadores en la obra de Dios.
Colocamos en nuestras oraciones a los padres y madres de cada estudiante, así también a quienes trabajan en los colegios, especialmente, profesores, equipos directivos, asistentes de la educación, administrativos, etc.
A imagen de San José, que cada trabajador y trabajadora, sean reflejo del amor de Dios y testimonio de fidelidad hacia Dios, para que por medio de su trabajo ayuden a cada niño y joven a ver el rostro de Jesucristo.